Me enamoré de mi paciente, ¿Que Hago!?
Dentro de nuestra labor como psicólogos constantemente nos encontramos con fantasías, emociones, sensaciones conscientes e inconscientes de nuestros pacientes que se asemejan a emociones o situaciones experimentadas en nuestra vida, y en ocasiones dependiendo de la situación actual del terapeuta pueden surgir sentimientos que van mas allá de la empatía hacia el paciente, inundando nuestra mente de preguntas e incluso el sentimiento de culpa se hace presente.
Uno de los fenómenos comunes que se suscitan en la psicoterapia es la Contratransferencia, definida por Freud como un Conjunto de reacciones afectivas conscientes o inconscientes del analista hacia su paciente, empleándolo por primera vez en una carta a Carl Gustav Jung del 7 de junio de 1909.
Dentro de la teoría psicoanalitica se ha subrayado en diversas ocasiones este termino, sin embargo nunca se encaró la posibilidad de que beneficiara el desarrollo de la cura en el paciente. La transferencia también va de la mano con la contratansferencia, siendo la repetición de prototipos infantiles donde los deseos inconscientes se actualizan sobre ciertas relaciones objetales, movilizándose sentimientos amistosos y afectuosos (transferencia positiva) o eróticos y agresivos (negativa) entre el paciente y el terapeuta, asi, se deriva una percepción errónea o irracional entre el paciente y el terapeuta, llevandole a experimentar una serie de sentimientos positivos o negativos y a manifestar una seria de conductas (resistencias) que impedirían el desarrollo adecuado de la terapia.
Dentro de la teoría psicoanalitica se ha subrayado en diversas ocasiones este termino, sin embargo nunca se encaró la posibilidad de que beneficiara el desarrollo de la cura en el paciente. La transferencia también va de la mano con la contratansferencia, siendo la repetición de prototipos infantiles donde los deseos inconscientes se actualizan sobre ciertas relaciones objetales, movilizándose sentimientos amistosos y afectuosos (transferencia positiva) o eróticos y agresivos (negativa) entre el paciente y el terapeuta, asi, se deriva una percepción errónea o irracional entre el paciente y el terapeuta, llevandole a experimentar una serie de sentimientos positivos o negativos y a manifestar una seria de conductas (resistencias) que impedirían el desarrollo adecuado de la terapia.
Como bien es sabido, el analista centra su atención en el relato y las asociaciones del paciente para poder percibir el manifiesto latente de las mismas, al igual que necesita una sensibilidad a las emociones para poder identificar las manifestaciones emocionales y las fantasías inconscientes de su paciente, siendo un medio muy valioso para la evolución terapéutica, esta también es una forma de contratansferencia, sin embargo, el terapeuta debe reconocer y dominar sus conflictos y angustias para orientarlos de manera adecuada al proceso terapéutico.
Transferencia y contratransferencia son dos conceptos de origen psicoanalítico, que se pueden evidenciar a través de la interpretación de la conducta del paciente, como la tendencia a usar sus atractivos, seguir las indicaciones del terapeuta sin ningún cuestionamiento, las rápidas mejorías sin trabajo y esfuerzo paralelo, y otros signos más sutiles como llegar frecuentemente tarde a las citas, alusiones frecuentes a otros profesionales, etc., en ocasiones el terapeuta no logra identificar estos indicadores que poco a poco se van erotizando.
Transferencia y contratransferencia son dos conceptos de origen psicoanalítico, que se pueden evidenciar a través de la interpretación de la conducta del paciente, como la tendencia a usar sus atractivos, seguir las indicaciones del terapeuta sin ningún cuestionamiento, las rápidas mejorías sin trabajo y esfuerzo paralelo, y otros signos más sutiles como llegar frecuentemente tarde a las citas, alusiones frecuentes a otros profesionales, etc., en ocasiones el terapeuta no logra identificar estos indicadores que poco a poco se van erotizando.
Establecer relaciones sentimentales con los pacientes es una falta al Código de Ética, ya que esta situación se pierde la objetividad del trabajo profesional, y de acuerdo a algunos investigadores se afecta el juicio y la prueba de realidad, siendo la alternativa mas idónea terminar la relación terapéutica y remitir al paciente a otro especialista.
En caso de que el terapeuta desee establecer una relación con el paciente, luego de culminado el trabajo terapéutico debe esperar un tiempo prudencial que le permita comprobar si los sentimientos son estables, ya que el paciente en ocasiones idealiza al psicólogo como símbolo de perfección, de grandes conocimientos e incluso de estabilidad emocional, no coincidiendo luego con la realidad al vivenciar con el mismo. Otra representacion común hacia el terapeuta es la de figura parental desplazados.
El análisis del terapeuta
Para el éxito del tratamiento es importante que el terapeuta esté consciente de sus reacciones de contratransferencia, por lo cual, tal como Freud lo señala, existe la necesidad de que el futuro analista esté él mismo analizado tan completamente como sea posible, así es capaz de asumir sus temores, complejos y resistencias que puedan interferir en el trabajo terapéutico.
"Regla analítica: El analista no debe nunca darle al analizante nada que provenga de su propio inconsciente."
Que debemos evitar
No es aconsejable el contacto físico constante con el paciente que pueda interpretar como signos amorosos.
Revelar información de la vida intima del terapeuta.
No confundir "Empatia"con "Simpatía".
Debemos formarnos en los contenidos de transferencia y contratransferencia para saber identificarlos tanto en el paciente como en nosotros mismos.
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