Logran explicar la adicción a los dulces
Investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) han descubierto un mecanismo cerebral que podría ser responsable de las ganas e incluso necesidad que tienen muchas personas de comer alimentos dulces, un hallazgo que además puede dar lugar a futuros tratamientos para la obesidad.
El trabajo publicado en el último número del 'Journal of Clinical Investigation' se realizó en ratones, en los que detectaron un mecanismo que permite al cerebro cuantificar los niveles de glucosa de los que dispone el organismo y ayuda a los animales a buscar más en caso de detectarse un déficit. Algo que, en el caso de las personas, puede determinar la predilección por alimentos dulces.
"Nuestros cerebros dependen en gran medida de la glucosa, que en nuestro pasado evolutivo ha sido difícil de conseguir, para obtener energía.

Cuando los investigadores aumentaron la actividad de la glucoquinasa en el hipotálamo usando un virus, las ratas preferían comer glucosa en lugar de su comida habitual. Y cuando se redujo la actividad, el consumo también fue menor.
Esta reacción, según Gardiner, sugiere que en seres humanos podría reducirse a través de un cambio en la dieta, aunque también puede haber fármacos para actuar frente a este sistema y prevenir la obesidad.
"Las personas pueden tener diferentes niveles de esta enzima, por lo que las reacciones pueden ser diversas en cada uno", ha explicado este experto.