Manual de psicología del desarrollo aplicada a la educación
Cuando Lucía tenía un mes de vida le atraían
mucho los objetos en movimiento y de colores vivos,
tanto que a veces parecía que su atención se
quedara atrapada por ellos. Con tres meses, disfrutaba
más mirando a su hermana que a cualquier
juguete o persona, aunque sonreía a todo el mundo
y se le notaba feliz en brazos de cualquiera.
Desde que cumplió los nueve meses llora cuando se
le acerca alguien extraño, sobre todo si intenta cogerla
en brazos, aunque al rato, cuando comprueba
que no hay peligro, comparte sonrisas, vocalizaciones
y juguetes con todo el mundo.Ahora tiene
15 meses y, aunque anda desde los 12, le sigue gustando
gatear. Se sube a todas partes, lo alcanza todo
y disfruta viendo cómo caen las cosas que tira desde
la terraza. Cuanto más ruido hace, más le gusta.
No tiene especial preferencia por los juguetes, igual le gusta una pieza de la batería de cocina, que el mando a distancia del televisor o el teléfono móvil de su madre. Eso sí, con ninguno de ellos juega más de cinco minutos seguidos. Le encantan las escaleras y las sube a cuatro «patas». Cuando ve escaleras las señala muy contenta y dice muy claro: «tonguato». Es casi lo único que dice, pero lo hace tan claro y lo repite tantas veces que hasta parece que habla. Es muy independiente y empieza a tener conflicto con sus padres porque quiere hacerlo todo «yotola» (yo sola). Su madre comenta que ella y su hermana, Ariadna, de cuatro años son muy distintas.Ariadna fue, en general, más tranquila y miedosa. Cuando era un bebé apenas lloraba con los extraños, pero tampoco se mostraba amistosa con ellos...
No tiene especial preferencia por los juguetes, igual le gusta una pieza de la batería de cocina, que el mando a distancia del televisor o el teléfono móvil de su madre. Eso sí, con ninguno de ellos juega más de cinco minutos seguidos. Le encantan las escaleras y las sube a cuatro «patas». Cuando ve escaleras las señala muy contenta y dice muy claro: «tonguato». Es casi lo único que dice, pero lo hace tan claro y lo repite tantas veces que hasta parece que habla. Es muy independiente y empieza a tener conflicto con sus padres porque quiere hacerlo todo «yotola» (yo sola). Su madre comenta que ella y su hermana, Ariadna, de cuatro años son muy distintas.Ariadna fue, en general, más tranquila y miedosa. Cuando era un bebé apenas lloraba con los extraños, pero tampoco se mostraba amistosa con ellos...
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