Niños desobedientes, padres desesperados

Que los niños sean desobedientes es lo que toca. Que los padres se desesperen, también.  Siempre y cuando además lloren, rían, se enfaden, se sorprendan, se atrevan, se ilusionen, perdonen, premien... En definitiva, disfruten de todo lo que implica ser padres.

Niños desobedientes, padres desesperados

Todos los niños son reacios a hacer lo que no les gusta, porque se sienten exactamente igual que nosotros cuando el lunes suena el despertador y hay que ir a trabajar. La diferencia entre una situación y otra está en el control que sobre nuestros impulsos hemos adquirido. Si no fuera así, apagaríamos el despertador y seguiríamos durmiendo. De ese control tratamos en este libro, de la necesidad de aprender a saber lo que se puede hacer o no y de aprender a tener en cuenta las consecuencias en el entorno y en los demás cuando lo hago. Eso que a nosotros nos parece que viene de serie y sin embargo nos lo enseñaron nuestros padres... 

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