Neuromarketing y Nuestro Cerebro Emocional

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En el tiempo ha ido evolucionando el marketing hace unos años atrás no se conocían los diferentes tipos de marketing que conocemos actualmente, y antes de empezar hablar del Neuromarketing, queremos nombrar algunos de los tipos de Marketing que existen: 

Email marketing. Puedes ver Webinar sobre Email Marketing Legal
Marketing industrial
Marketing internacional
Marketing en motores de búsqueda (SEO, SEM) Puedes leer aquí Herramientas Para Hacer SEO
Social Media Marketing (Marketing 2.0)
Video marketing
Marketing móvil
Marketing social

Y Por su puesto Neuromarketing. Existen muchos más tipos de Marketing que nombraremos en otro post... Empecemos con Neuromarketing

Neuromarketing y Nuestro Cerebro


Alguna vez te has preguntado ¿Por qué los autos nuevos huelen a autos nuevos? ¿Pueden las marcas colarse en tu cerebro? ¿Por qué Papá Noel viste de rojo? ¿De dónde proceden los nombres de las grandes marcas? ¿Por qué la comida de los anuncios es incomible? ¿Es verdad que el sexo vende? Descubre los grandes y pequeños secretos del Neuromarketing a través de un recorrido por las curiosidades más sorprendentes de tu día a día, que no son más que el resultado preciso de las estrategias que marcan tendencias.

El NeuroMarketink.
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El ser humano es un ser emocional dominado por sus sentimientos y emociones, más que por razones. Así, manejando estas emociones podemos lograr que un individuo asocie el consumo de un producto determinado con el agrado y la satisfacción.

Los científicos Paúl Mclean y Gavin de Becker (1967) desarrollan la teoría del cerebro Triuno, y exponen con argumentos la emocionalidad del consumidor, su identificación con códigos culturales y sus decisiones de compren la estructura planteada por Mclean y conocida como Cerebro Triuno, se identifican tres unidades cerebrales en un único cerebro, estas son:
El cerebro Reptil, Instintivo o Básico: es el asiento de los instintos.
El cerebro Neocortex, Neo–corteza o cerebro humano: se constituye en el asiento de la racionalidad.
El cerebro Límbico o cerebro de los mamíferos: es asiento de la afectividad, la animosidad y todo lo motivacional. Es el sistema que le importa al marketing emocional por ser factor de producción en la Neuroeconomia. La razón es que el cerebro Límbico se encarga del manejo de los sentimientos grandes y pequeños, desde ira hasta odio, amor, pasión, tristeza, animosidad, furia, etc.
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Está en constante interacción con la corteza cerebral. Una transmisión de señales de alta velocidad permite que el sistema Límbico y el Neocortex trabajen juntos y esto es lo que explica que podamos tener control sobre nuestras emociones.

La mente emocional es mucho más rápida que la mente racional, se activa con rapidez sin detenerse a analizar las consecuencias de una acción, sigue una lógica asociativa y un pensamiento categórico. Promueve la productividad, la satisfacción en el trabajo y en el aprendizaje.

Esta parte del cerebro energiza la conducta para el logro de las metas. Se estimula por la vista, olores, recuerdos que pueden causar miedo, deseo y formas primitivas de celos. En este cerebro el placer sexual es muy bien recibido y codificado.

Los sentimientos influyen en el funcionamiento de nuestro cerebro y son básicos a la hora de tomar decisiones. Por eso los diseñadores, además de preocuparse de que los objetos sean útiles y atractivos, tienen en cuenta otros aspectos. Los productos han de transformarse en una experiencia. Existen marcas que no tienen clientes, sino verdaderos partidarios. Otras, sin embargo, tienen sólo una constante oferta de productos. Las primeras nos ofrecen una filosofía de vida, una personalidad con la que se produce una conexión emocional y a partir de ahí es el usuario (no el cliente) el que está deseando que aparezcan nuevos productos.

¿Sabías que el proceso de decisión es 85% subconsciente?

Se supone que los humanos toman decisiones irracionales y sesgadas más allá de la previsibilidad o no, del entorno (debatible en todos los sentidos). De hecho, muchas de las decisiones que toma con frecuencia el ser humano están influenciadas por tres factores determinantes: el estado psicológico del tomador de decisiones, no es lo mismo, tomar una decisión en situaciones de stress, que tomarlas con un estado mental relajado; el ambiente que rodea al sujeto, ya sea social, autoritario o relajado, el medio en el que se desenvuelva influye en su conducta, y las ideas preconcebidas sobre las situaciones a las que se enfrenta, es decir, sus códigos emocionales.

Entendiendo básicamente que no todas las decisiones de consumo se soportan en la racionalidad, estamos dirigiendo nuestra mirada hacia los últimos avances de la neurociencia, en donde un aporte importante, es la identificación de la carga emocional en proceso definitorio. Según, Paúl Glimcher (2010), las decisiones económicas no estarían basadas en los análisis de costo-beneficio de optimización que la teoría económica ha sustentado corrientemente, sino mas bien, en una mezcla de tensiones emocionales y desiderativas, las cuales se retroalimentan a si mismas, y buscan un equilibrio conjunto, o un punto optimizador conjunto, con restricciones. Es decir, la parte más racional del cerebro, (aquella que realiza los análisis costo-beneficio) no actuaría sola al decidir, sino que estaría fuertemente condicionada e influenciada por las áreas inconscientes del sistema Límbico, como las amígdalas, la ínsula, el tálamo, el hipotálamo, y el hipocampo.

Leyendo-la-mente-del-consumidor
La razón es simple, el ser humano no puede vivir sin consumir, y cuando los estándares de consumo se han instalado en la corteza cerebral a manera de impronta, el hombre solo satisfará su consumo, a su nivel original, es decir, a sus necesidades creadas, por lo tanto vivimos en un espiral de consumo, que se recompone en los entornos y sociedades que afronta con los tiempos.

Los sentidos tampoco son desligados del neuromarketing, El sentido del olfato es tan poderoso que asusta: las personas recordamos el 35 por ciento de lo que olemos, pero sólo el 5 por ciento de lo que vemos o el 2 por ciento de lo que oímos. Es decir, es más probable que mañana alguien recuerde tu olor que los tópicos predecibles de tu conversación durante la cena. Y si has elegido bien el perfume, puedes relajarte, estás salvado.

Cuando has entrado en la tienda de ropa seguramente has notado que el olor ambiente era agradable, e inmediatamente, sin darte cuenta, te has predispuesto a gastar más y has pasado más rato allí que si no hubiera olido a nada en particular. Te has sentido tan bien que te has gastado el sueldo del mes en un abrir y cerrar de ojos, pero ya tienes a quién echarle la culpa: a tu nariz. La emoción que te ha evocado el olor se ha convertido en deseo, lo que ha sido decisivo para hacer que tu tarjeta de crédito sacara humo.

En conclusión, es evidente que a partir de la ayuda de las neurociencias, entendemos que el ser humano no siempre maximiza beneficios y / o minimiza costos en sus decisiones económicas, y por lo tanto la teoría fundamental con la que se construyen todos los modelos económicos estaría empezando a desarrollarse nuevamente. De hecho, ya el mercadeo ha tomado ventaja de estas ciencias, el neuromarketing, es la nueva esencia para conquistar mercados. La respuesta siempre estuvo con nosotros, el ser humano consume a nivel de sus necesidades creadas y por crear, si proyectásemos nuestra vida 50 años adelante, seguramente, los avances tecnológicos de hoy, tales como Ipad, smartphones e Internet, entre otros., serán demasiado obsoletos, y las mismas condiciones de escasez de factores habrán reemplazado a estas con nuestro mismo ser.

Para Finalizar este Post lo dejamos con un vídeo del Gran Experto en Neuro-Marketing Jürgen Klaric


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